Hoy no voy a escribir de temas técnicos, que últimamente tengo mucha deuda técnica que pagar y estoy un poco despistado con los siguientes pasos, así que, aprovechando que me he ido a Japón unos días de vacaciones para contaros las cosas que me han sorprendido de este país.
La puntualidad de los transportes
Si en Japón un tren dice que sale a las 12:13 saldrá a las 12:13, no hay más, cualquier retraso es avisado en todas partes y, realmente, hay muy pocos y están muy justificados. Sea tren, metro o avión la puntualidad de los Japoneses con los transportes es algo que no creí que fuese real hasta que lo comprobé por mi mismo. Si abres google maps y le preguntas cómo llegar a algún sitio en transporte público verás las horas de salida de cada tren con una exactitud pasmosa. Supongo que eso es algo que se puede conseguir teniendo el mantenimiento adecuado del sistema y con disciplina. Algo que deberíamos copiar los demás.
La limpieza en las calles
Creí que era un mito, pero no, no hay papeleras en las calles de las ciudades que he visitado. Aún así, estas están completamente limpias, ni colillas (está prohibido fumar en la calle), ni papeles, ni nada de nada. Hay unas pocas papeleras para botellas y latas al lado de algunas máquinas de vending o, en otro caso, en las tiendas de conveniencia (aunque queda un poco raro entrar en una tienda solo para tirar basura). No me puedo explicar cómo es posible que los japoneses sean tan respetuosos con el tema de las basuras (algunos turistas no lo son tanto, pero son pocos)
El uso de las bicicletas
Este no es un punto positivo, más bien lo contrario, aunque en Japón se usan mucho las bicicletas, parece que los carriles bici no tienen mucho éxito y hay mucha gente por las aceras circulando en bicicletas y es muy difícil esquivarlas si te vienen por detrás. Quizá no teníamos muy interiorizadas las reglas para circular por las aceras (ellos circulan por la izquierda y se ponen en ese lado de las escaleras igualmente), pero es un poco caos cuando hay varias bicicletas a distintas velocidades circulando por tu misma acera. Es loable que usen este medio de transporte tan a menudo, pero hay que mejorar un poco la forma en que lo hacen.
El silencio en los transportes
En España ir en metro supone meterse en un guirigay de sonidos variados, gente hablando, móviles sonando, pedigüeños molestando. En Japón NADIE habla en el transporte público, menos aún en los días de diario. Si alguien está hablando será un turista despistado o que estamos en día festivo y estamos en un tren hacia un destino turístico. La verdad es que se agradece estar en medio de una multitud y no oir ni una mosca.
Las excursiones escolares
Si, igual es una tontería, pero cuando estuvimos en Nara y en Kyoto vimos muchísimos escolares que iban de excursión sin supervisión (o al menos ninguna que nosotros viésemos). Chicos de 12 y menos años visitando los sitios turísticos a su bola y volviendo a los autobuses sin que nadie tuviese que estar detrás de ellos diciéndoles lo que tenían que ver o no. Es cierto que los Japoneses hacen que sus hijos vayan solos al colegio y que tengas una autonomía propia desde muy jóvenes, pero es algo que me choca mucho con lo que se ve en nuestro país.
Todavía me quedan muchas cosas que contar sobre esto, pero como aperitivo lo dejo aquí, no sea que se me olvide… Iremos actualizando.