Esto no versa sobre tecnología, es pura opinión, pero es lo que he podido sacar en claro de mis discusiones en redes sociales estos días, por lo que no puedo evitar contarlo. Es, ya lo advierto, mi visión particular del asunto, si alguien tiene otra, la respeto, siempre que venga con argumentos.
El JMJ
Según su web oficial, La jornada Mundial de la Juventud «Es el gran encuentro global de jóvenes con el Papa que se celebra cada tres años en un lugar del mundo. En esta ocasión se celebrará en Madrid, del 16 al 21 de agosto de 2011.» Es decir, una convocatoria de la iglesia católica para juntar muchos jóvenes creyentes con el Papa. Según sus cifras oficiales, Se inscribieron 428.505 personas de muchos paises, principalmente España, Italia, francia, USA, Alemania, Brasil, etc (podéis consultar el mapa en su web). Los inscritos (llamados peregrinos por algunos) empezaron a llegar a Madrid el fin de semana del día 13 y empezaron a llenar todos los sitios adecuados para darles cobijo. Se han cedido colegios públicos para servir de alojamientos temporales, se han emitido bonos de transporte con un 80% de descuento para facilitar su desplazamiento, se emitieron visados gratuitos, se han desplazado efectivos de los cuerpos de seguridad del estado, protección civil y se ha dejado sin vacaciones a gran parte del samur para atender las necesidades y posibles problemas de esta gran masa humana, se les ha dejado entrar gratis en los museos y se ha declarado la actividad de interés especial, por lo que los patrocinadores tendrán deducciones de casi el 90% de lo que aporten a la fiesta.
En este enlace ¿Quien paga la JMJ? tenéis un desglose completo de todos los costes asociados al evento.
La manifestación Laica
Debido a que, siendo objetivos, si que hay un coste público en este evento, y dado que los tiempos de recortes y crisis profunda en los que vivimos no son muy dados a pasar por algo dispendios innecesarios, ciertos colectivos decidieron protestar por tales gastos y por la poca separación Iglesia-estado que se estaba demostrando con todas las facilidades y regalos que se hacían a la organización.
Los promotores de esta protesta, que exigían transparencia para las cuentas públicas con respecto a la JMJ y que contaba con todo tipo de organizaciones, desde católicos de base a ateos. durante la organización, se obtuvo la aprobación de la manifestación y su paso por sol. Más de 89 colectivos se unieron en la convocatoria y esperaban poder realizar la manifestación de una manera pacífica el 17 de agosto. De hecho, superaron las previsiones iniciales de 5000 personas y, según algunos organizadores, superaron las 20.000.
Los problemas
Como en toda manifestación callejera, siempre hay cosas buenas, malas e inaceptables. La organización no era demasiado buena, el itinerario fue cambiado por la delegación del gobierno y no estaba muy claro cual sería la definitiva, y había mucho «perroflauta» que reivindicaba cosas distintas a las referidas a la financiación pública de un evento privado. Pero al final, las noticias que llegaron de la manifestación no fueron nada buenas. Por un lado, se termino insultado a peregrinos que nada tenían que ver y por otro la policía cargo y aporreó a varios inocentes. Os pongo un par de vídeos de actuaciones malas (para que veáis ambos lados):
Insultos a los peregrinos (en un pasillito organizado por la policía de la peor manera posible):
Bofetadas de la policía a una joven y a un fotógrafo (sin suponer ningún peligro para nadie)
Aquí os dejo la crónica de una que estuvo en la manifestación:
Abuelo, ven aquí que te cuente
Las reacciones
Aunque hay pocas cosas que nos sorprendan ya de los medios de información españoles, las reacciones fueron las esperadas dependiendo del signo que tuviera cada periódico o la mala baba que gastase su director. De hecho, los medios más «papistas» tacharon la manifestación como anti-papa, cuando nadie en la organización había expresado ninguna oposición a la venida del papa, sino a los gastos públicos ocasionados por la misma. Convertían así una manifestación de protesta contra gastos excesivos en una manifestación contra el Papa o contra los católicos… Así, fomentando el odio. En concreto:
- Para el ABC fueron unos pocos cientos y, además, violentos: La marcha «anti-Papa» acaba en batalla campal en la Puerta del Sol. Aseguran que se arrojaron objetos contundentes… ¿¿??
- El mundo titulaba su portada con «LOS ANTIPAPA AGREDEN A LOS CATÓLICOS MIENTRAS LA POLICÍA NO INTERVIENE» Luego cambiarían su portada a una más real: La Policía carga contra manifestantes laicos tras fuertes disturbios en Sol (por eso dejo el enlace al agregador, que recogió la noticia original)
- A intereconomía prefiero no enlazarla, pero si que os dejo con el relato de una ¿ex?redactora contando las cargas injustificadas (y luego a los contertulios intentando justificarlas) cosas del directo casposo
También hay algunos que sacan imágenes que no interesan a nadie, como los «peregrinos» de botellón:
En suma, que los medios de incomunicación estatal habían decidido que unos peligrosos ateos antipapa habían atacado a los pobrecitos turistas-peregrinos que pasaban por allí… Y luego, la gente que se había informado por internet tenía pruebas de abusos policiales contra la marcha laica. Dos posturas bastante difíciles de reconciliar.
Por suerte la policía no es tonta, y el SUP sacó un comunicado condenando acciones como la de las bofetadas gratuitas.
El sindrome de las dos Españas.
Lo que verdaderamente me preocupa no es si el papa ha venido, se han dejado unos pocos millones de euros por el camino o si los peregrinos ahora son más fans de España que antes. Lo que me preocupa es que haya hechos incontestables e inadmisibles para una sociedad democrática y civilizada como que las fuerzas de seguridad del estado se dediquen a aporrear periodistas indefensos o abofetear a jóvenes chillones pero inofensivos y que, en lugar de condenarlo, gente normal y corriente intente justificarlo como contrapunto a la ofensa de la manifestación laica.
Amigos de toda la vida y gente a la que respeto mucho se posicionaron en dos bandos, los creyentes y los infieles (por así llamarlos).
Los creyentes creían que todo lo que se hiciese para beneficiar al papa y los peregrinos debía ser respetado y no ser discutido, cualquier otra cosa sería inadmisible. Para este bando rezar de rodillas obstaculizando una manifestación laica era algo poco menos que piadoso y no suponía ninguna provocación, las tortas de las policías a los perroflautas seguro que estaban justificadas por alguna falta de respeto a los creyentes. Incluso se llegó a nombrar la quema de iglesias del 36 como atenuante y como justificación para tener controlados a los antipapa… La manifestación laica creían que era un ataque directo a sus creencias y una provocación a todos los católicos por más que se les hubiese informado de la finalidad de la misma, meramente económica.
Los infieles, creyeran o no en Dios también tenían su postura radical. La simple presencia de peregrinos en el camino de la manifestación era una provocación, el dispendio de dinero en la visita era un robo de la iglesia al resto del estado y la actitud de la policía era poco menos que fascista y ordenada por un estado controlado por la iglesia. También se llegó a nombrar a los represaliados republicanos, a la pederastia y a la falta de caridad cristiana de los que organizaban fastos cuando en Somalia se mueren de hambre.
Para mi, que prefiero no encuadrarme, los hechos violentos son todos injustificables y denunciar los mismos debería ser parte integrante de nuestra libertad democrática. Protestar por gastos excesivos en tiempos de recortes tampoco me parece mal, al igual que no me parece mal promocionar la ciudad de Madrid a unos jóvenes que igual algún día vuelven con dinero para gastarse. Lo que no puedo tolerar (además de la intolerancia, que diría un sofista) es la creación de bandos entre gente de buena voluntad con la simple excusa de si te han bautizado o no o de si acatas lo que dice la iglesia o lo que te dicta tu ética. La religión ha de ayudarnos a vivir en paz con nosotros y con los demás, no a dividirnos y enfrentarnos.
Ale.. Ya lo he dicho, ¡qué a gusto me he quedado!