La pinza

Uno de los grandes logros en la estrategia militar de los alemanes en la segunda guerra mundial fue utilizar el movimiento de pinza con embolsamiento (no había forma de salir de la misma) para acabar de manera rápida con un enemigo que se creía muy bien guarnecido en su territorio.

Este es un movimiento que ya se describe desde tiempos inmemoriales, Tsun Zu ya lo recomienda, pero sin embolsamiento, dejando una salida al enemigo para que no se sienta acorralado y se vea forzado a una lucha más feroz. Y, diréis vosotros, ¿porque nos habla este ahora de un movimiento militar? Bien, porque este movimiento se utiliza en muchos otros campos, uno de ellos, y de actualidad tras las últimas elecciones municipales, es el campo político.

Yo ya os he dicho que soy más progresista que otra cosa, no me importa decirlo aunque no creo en eso de que haya que odiar al que piensa distinto y odio la polarización en la política y en cualquier otro aspecto de la vida. Estamos asistiendo, no obstante, a un espectáculo vergonzoso de prostitución de la democracia en la que los ciudadanos, por el momento, no podemos más que escandalizarnos y desanimarnos. Perdonadme por poner un post de corte político en medio de mi blog, pero es que es mi blog y es el sitio donde dejo lo que me pasa por la cabeza (sea técnico o no).

Estas elecciones municipales han servido para varias cosas, que se han visto desde la campaña y desde antes, a saber:

  • Los medios de comunicación ya no tienen ningún pudor en mostrar a quién apoyan y a quien quieren silenciar. Eso es bastante normal cuando hablamos de una tertulia política, pero es vergonzoso cuando convierten los programas de entretenimiento en adoctrinamiento. Solo hay que ver el programa de Pablo Motos y sus invitados a quién menos gracioso o el hecho de que el horario de la telebasura del corazón la hayan sustituido por telebasura política con Ana Rosa, por poner dos ejemplos del lavado sistemático de cerebros débiles.
  • No existen medios de izquierda ni que se le parezcan. La falsa sensación de que la sexta, por ejemplo, era una televisión «friendly» con la izquierda se ha tornado, como no podía ser de otra manera, en la constatación de que tienen patrones a los que contentar y sus directivos no tienen ningún escrúpulo en participar de las cloacas o de invitar a «hostiles» y silenciar a los «amigos» de la izquierda más irreductible.
  • La derecha no tiene escrúpulos y no hace prisioneros. Lo hemos visto en la defenestración de casado, en el uso de «medios» mentirosos y difunde bulos (okdiario, EDA, etc.) siendo pagados sin rubor con dinero público y compitiendo en quien decía la mentira más gorda (ya sabes, si alguien dice que es mentira es que es un zurdo intentando coartar mi libertad de expresión) y siempre es un buen momento para reirse de los progres.
  • No hay aliados entre los que piensan igual que tu. Sumar, que podría parecer una buena idea a priori, se ha esforzado muy mucho en desligarse de Podemos desde el primer momento. Yolanda Díaz, que está en el gobierno gracias a Podemos, que ha disfrutado de libertad y apoyo constante para su labor de gobierno ha decidido que no quiere cargar con el peso de un partido ya formado, que prefiere alimentarse de estructuras más tradicionales, desmembrarlas y someterlas a un único objetivo: volver a sentarse en un gobierno.
  • Nadie se lee los programas… Votan lo mismo al defensor de los toros y azote de los menas que a la que va de bar en bar sirviendo cervezas y sin encontrarse con el ex-novio. ¿Programa? ¿Para qué? Ya se que me roban, pero yo nunca permitiría que me robase un comunista (Álvaro Ojeda dixit)

Esto ha generado una terrible pinza donde, si te unes a Sumar renuncias a cualquier posibilidad de apoyar políticas más sociales (nada que no haría el PSOE) y, además, sabes que te van a mirar mal como el radical que ya no sabe donde meterse. Si no te unes eres un traidor a la izquierda y solo piensas en tu orgullo y les vas a hacer perder votos. Por otro lado tienes a la derecha lobotomizadora que te está diciendo que no merece seguir votando, total, ellos ya han ganado y «la resistencia es futil», mejor dejar de resistirse y, en todo caso, votar al PSOE (que es lo que Pedro Sanchez ha dado por descontado que hará la mayor parte de la gente como voto útil visto lo que provoca la fragmentación del voto).

Lo que más me duele es que gente aparentemente culta e inteligente como Pedro Vallin van por ahí insultado, ninguneando y mofándose de los que han construido el modo de política que ahora pretenden aprovechar para hacerse un Carmena. Lo que ellos no saben es que, al igual que matar la sanidad pública hará que la privada lo pase muy mal (no está preparada para tener que hacerse caso de las cosas costosas), matar a Podemos hará que la izquierda vuelva a lo de siempre, pero de mal humor. Sumar será la nueva Izquierda Unida (¿Similitudes en la intención del nombre?) y PSOE volverá a aglutinar el voto no de derechas.

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