Listas negras… El poder de los arbitrarios

Parece que no dejo de quejarme, pero en cierta medida es mi trabajo… Tengo que hacer que las cosas funcionen en mi empresa, no podemos pararnos por tonterías (así llaman a los aspectos técnicos nuestros usuarios).

El caso es que todas las alertas saltaron la semana pasada cuando recibiamos continuamente mensajes devueltos de nuestros clientes con dirección de correo en hotmail, hay que decir que son muchos los que usan este servicio y, por ello, es crucial que les lleguen nuestras comunicaciones. El mensaje decía así:

550 Your e-mail was rejected for policy reasons on this gateway. Reasons for rejection may be related to content such as obscene language, graphics, or spam-like characteristics (or) other reputation problems. For sender troubleshooting information, please go to http://postmaster.msn.com. Please note: if you are an end-user please contact your E-mail/Internet Service Provider for assistance.

Hasta el momento habíamos sufrido algún que otro encontronazo con servidores de correo paranoicos, pero esta vez parecía que la cosa era grave. Antes podíamos informar a los usuarios de correo que nos añadiesen a sus listas blancas o que dejasen de utilizar las listas negras que nos tildaban de spammers, pero ¿quien se lo dice a microsoft?

Aquí empezo mi calvario, tenía que detectar las razones por las que se nos denegaba el acceso y hacer que nuestros servidores de correo fuesen aceptados por todos…. Y empecé a bucear por entre las listas negras.

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Stallman apesta

Cuando conocí en persona a Richard Stallman, me di cuenta, por fin, de que los iconos son solo eso, figuras que sirven para transmitir ideas, pero carentes de valor en sí mismas. El título de este post indica exáctamente eso, que Stallman no huele bien.

Cuando comenté mi encuentro con Stallman a un amigo, éste me contó la anédota de como un conocido común invitó a Richard a su casa una vez que éste visitó España. Su intención era que permaneciese como huesped durante el tiempo que durase la visita pero, sin embargo, no pudo ser así. Richard se comportó más que como un huesped, como un salvaje regalado de si mismo, su higiene dejaba mucho que desear y, de hecho, tuvieron que echarle de la casa cuando se atrevió a «meter mano» a la mujer de su anfitrión. (Amor libre, suponemos…).

Esta anécdota me ha hecho reflexionar sobre quien es y lo que significa Stallman en el mundo del software libre. He dedicado gran parte de mi vida a seguir, desarrollar y promover software de fuente abierta y software libre (sin las connotaciones de la FSF, que no me gustan) de forma que hubiese más elementos disponibles para todos los programadores que, como yo, necesitaba software para solucionar problemas y lo necesitaba gratis y modificable.

Gracias a Stallman, entre otros, hoy podemos disfrutar de mucho código disponible y de calidad. El avance del software se acelera si podemos apoyarnos en el trabajo de otros y no reinventar la rueda cada vez. Desde mi punto de vista, el software debe ser como la ciencia en general, los investigadores están obligados a mostrar sus descubrimientos que, a su vez, permiten a otros hacer descubrimientos mejores. Esta rueda funciona porque nadie oculta sus investigaciones o pretende cobrar a los que se basen en ellas para hacer nuevas investigaciones…. Pero de las patentes ya hablaremos más adelante.

Pero, a parte de su olor corporal, del hecho de que se disfrace de santo o de que solo tenga 3 camisetas distintas en su vestuario ¿qué me molesta de Stallman? En pocas palabras, su intolerancia con los que no piensan como él.

Como vemos en esta foto de interdev (gracias por el cc), nuestro santo particular no tiene ningún problema en ponerse la sotana y la aureola para «evangelizar» sobre sus puntos de vista. Nada malo, todas las religiones del mundo lo hacen, pero hay una diferencia fundamental, Stallman, al igual que muchas sectas, utiliza nuestro trabajo para expandir sus creencias sin pararse a pensar si eso es lo más adecuado para nosotros (o para la humanidad en general).

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Cambio de hosting

Por si alguien lo ha notado, nos hemos mudado de hosting.

Hemos cambiado a uno (barato) en EEUU, ya que tenerlo todo en nuestras máquinas y con problemas de conectividad por causa del mal servicio de jazztel (ya os lo contaré en otro momento) era muy costoso en tiempo de mantenimiento.

Por ahora a ver qué tal se dan las cosas. Seguro que algo irá regular, pero será subsanable.

Conferencia internacional de Software Libre 3.0

Acabo de llegar a Badajoz, y después de dar un par de vueltas (mi navicore se lió al entrar en la ciudad) conseguimos encontrar dónde dejar el coche y acceder al centro de congresos donde se desarrolla la Conferencia Internacional de Software Libre 3.0.

Mis primeras impresiones no son demasiado buenas:

  • Se acabaron las bolsas de regalo para los asistentes (y eso que estabamos registrados desde hace tiempo)
  • No hay expositores de las empresas que han financiado el evento (alguien menos a quien ver)
  • Hay que pedir el ticket de la comida y te miran como si fueses un delincuente pidiendo farlopa…
  • En general hay mucha gente que pulula por aqui y que no se sabe a qué viene (las salas no se llenan de gente para escuchar las ponencias)
  • No hay wifi,miento, si, hay una red protegida de la que desconocemos la clave ¿no debían darnosla con la acreditación?

Como digo no llevo mucho tiempo, cuando vuelva por la noche terminaré la crónica, por ahora, pooooca cosa. Solo un detalle, estoy escribiendo desde un ordenador con linex Y NO PUEDO CONECTAR UN DISPOSITIVO USB para subir una foto. Simplemente porque esas cosas, aunque las sepas, solo las puede hacer el root (y no tienen el automounter de ubuntu funcionando)… Así nunca conseguiremos convencer a nadie de que cambie a linux.

ACTUALIZACIÓN: Me he cruzado con Richard Stallman en la conferencia y aquí os dejo la foto que le he tomado con mi movil:

Richard Stallman

El programa del congreso no ofrecía demasiada variedad, después de conocer a Jane Silber de Canonical que nos habló de la proyeccción de ubuntu y soportar a los oportunistas del corte inglés y de los ex-dmr que se apuntan al SL después de mucho tiempo de denostarlo decidimos que no merece la pena continuar… Total que no nos quedamos ni a comer.

800 Kms hechos en un día y no hemos sacado nada en claro… En Málaga estaba todo mucho mejor organizado.

¿Por qué odio a los consultores?

En mi vida laboral he sido casi de todo, desde programador básico (incluso introductor de datos) hasta product manager o technical manager (estos cargos dichos en inglés siempre suenan mejor). A lo largo de estos años he descubierto una manía personal que he mantenido incluso siendo consultor:

«Odio a los consultores»

Particularmente creo, sin profundizar demasiado en el concepto, que lo que me gusta de los ordenadores es que funcionan, que son útiles y que la gente los utiliza para hacer su vida mejor. Por eso, entre otras cosas, me dedico a la informática. Desde el primer día hace más de 25 años en que escribí mi primer «Hola mundo» en mi Commodore vic 20 me di cuenta del infinito potencial de estas máquinas y cómo yo podría ayudar a hacer cosas útiles.

Decidido a conseguir exprimir el máximo a los ordenadores me matriculé años después en la facultad de informática y, mejor o peor, consideré que la licenciatura me permitiría hacer más y mejores cosas… Y me lancé a la vida profesional.

En una multinacional encontré que el puesto preferido (después de gerente o jefe de división) era el de consultor. Pero ¿qué hace un consultor? y lo que es más ¿para qué sirve un consultor? Vayamos por partes:

Un consultor (del latín consultus que significa «asesoramiento») es un profesional que provee de consejo experto en un dominio particular o área de experiencia, sea contabilidad, tecnología, ley, recursos humanos, medicina, finanzas, relaciones públicas, comunicación u otros.

Así pues, los consultores son aquellos a los que los clientes que ignoran algo van a pedir ayuda. El trabajo observado de los consultores consiste en:

  • Averiguar lo que el cliente quiere obtener
  • Averiguar lo que el consultor no sabe pero que el cliente cree que sabe
  • Obtener toda la información sobre lo que otros consultores han dicho a otros clientes
  • Escribir un documento con todo esto más lás palabras más populares de las empresas del ramo y de las búsquedas en google
  • Presentar el documento como si fuesen ideas propias obtenidas por la amplia experiencia en el campo del cliente.
  • Cobrar y dejar al cliente a su suerte

Muy bien, una descripción bastante cercana a la realidad general de los consultores, pero ¿qué diferencia a los consultores en tecnología (o IT) de los demás? Pues que saben menos que otros ya que las tecnologías que tratan o son muy nuevas o son demasiado complejas para que puedan dominarlas. Por tanto: ¿qué hace tan deseable ser consultor? Podemos resumirlo en una sola frase:

«El papel lo resiste todo»

No recuerdo quien fué el primero que usó ese término, pero si sacamos del ámbito literario inicial la misma encontramos una traducción muy adecuada al trabajo de los consultores tecnológicos. La consultoría no requiere que funcione, ni siquiera que sea buena. El informe del consultor puede resistir los elementos con suma facilidad. Aquí tenemos lo que suelen decir las empresas consultoras cuando los resultados obtenidos de aplicar su consultoría no son los adecuados:

  1. El responsable de la implantación no conocía la tecnología lo suficiente… (Vamos, como ellos, pero con la obligación de dar resultados la percepción del cliente cambia).
  2. La tecnología evoluciona muy rápido y no se pueden preveer todos los cambios a medio plazo (vamos, que algo se les pasó y no lo quieren reconocer).
  3. No existen sinergias en la empresa para llevar a cabo los cambios organizativos inherentes al cambio de tecnología. (Esta es buena, porque significa que el consultor debe decidir cómo se organiza la empresa y, si no, sus resultados no valen).
  4. Los plazos del proyecto exceden el TTM (Time To Market) expresado en el informe. (Vamos, que los resultados del informe pueden caducar en cualquier momento, si lo combinamos con el #1 y #2 resulta que los informes de consultoría están blindados por pronto y por tarde).

Hay muchas más razones, pero no voy a ponerlas todas aquí, el resultado de una consultoría es algo que, a diferencia del código, no necesita ser probada, ni validada, ni siquiera demostrar que funciona y, desde luego, no requiere mantenimiento, cada informe de consultoría es un mundo en sí mismo y no se puede contratar una actualización, siempre hay que contratar un informe nuevo. De aquí se deduce lo siguiente:

«La consultoría no da ninguna garantía»

Si desarrollamos un programa, un sistema o cualquier otra cosa en informática siempre se nos exige un plazo en el cual subsanar errores, instalar correctamente y hacer que el cliente se sienta cómodo con nuestro producto, es el plazo de garantía. Sin embargo, por el axioma de que «El papel lo resiste todo» la consultoría nunca da ese periodo de garantía. El producto obtenido es un conjunto de documentos, bien encuadernados y presentados que deben ser admitidos por el cliente sin ninguna poibilidad de garantía en los resultados. Esta situación hace que no haya consultor malo, sólo clientes difíciles (si no han tragado con todo lo que les han contado a la primera).

Para terminar, como resumen, dos anécdotas vividas en primera persona que expresan mejor que nada lo que son los consultores:

Hace años, mi empresa había vendido una implantación de procesos de negocio a otra compañía que iba a empezar sus operaciones dentro de dos meses y que necesitaba urgentemente controlar sus sistemas de provisión de servicio y gestionar los procesos del personal asignado al mismo (suena consultor ¿no? ). El caso es que nos habían prometido que tendríamos los procesos modelizados cuando empezasemos el proceso ya que una gran consultora había sido adjudicataria de un contrato por un importe el doble de lo que ibamos a cobrar nosotros en hacer los sistemas para que les indicase cuales debían ser los procesos a seguir. De acuerdo a eso, eliminamos la fase de requisitos y análisis y ofrecimos prácticamente solo implantación.

Después de desplazarnos a la ciudad del cliente (a 600Km de nuestras oficinas), convocamos la reunión de arranque del proyecto donde nuestro generente nos presenta al cliente y dice que tiene mucha prisa por volver (¿?) a la oficina a terminar unos asuntos pendientes (!!) con lo que nos deja tirados cual colilla usada en menos de media hora. En esa reunión nos indican quien iba a ser el responsable del prouyecto y nosotros, lo primero, le pedimos el resultado de la consultoría que nos iba a servir de base a todo el desarrollo… Amablemente nos pasa un documento de +200 páginas para que nos lo revisemos y quedamos para el día siguiente ya en una reunión de trabajo.

Al día siguiente nos reunimos en exclusiva con el responsable del proyecto, ya con el documento de la consultora totalmente empoyado y listos a fijar los plazos de implantación y todas esas cosas que necesitamos los desarrolladores. Entramos en el despacho, nos sentamos y la primera frase que suelta, poniendo la mano sobre el informe es:

¿lo habeis leido? Pues ya podeis olvidarlo, porque vamos a hacer otra cosa….

¡Manda huevos! según parece los consultores habían escrito lo que les convenía (básicamente un cortar-pegar de un análisis de procesos de otra empresa levemente parecida) y no se parecía en nada ni a los procesos que querían llevar ni a lo que era físicamente posible en ese momento.

Moraleja: la consultora ganó una pasta limpia y nosotros perdimos un montón de pasta por hacer bien su trabajo desde el principio teniendo en mente que finalmente esto tenía que funcionar.

Y ya para terminar… Tuve una entrevista con un socio de la consultora internacional más importante del mundo y esta persona, que por otro lado no hizo más que mantener un profundo silencio hasta que yo hablé, ante mi pregunta ¿cual sería mi trabajo en esta empresa? que hice pretendiendo que me explicara, de una u otra manera, esas interesantes cosas que hacen los consultores me respondió: «crear valor al cliente».

Inmediatamente vi que mi futuro no estaba en esa empresa donde no sólo no sabían describir cual era su trabajo sino que incluso utilizaban una frase vacía de marketing para reclutar a sus trabajadores. Bien traducida es: «me da igual lo que hagas siempre que facturemos nuestras horas al cliente y éste crea que obtiene algo»

Por eso, entre otras cosas, prefiero hacer cosas que funcionen y ODIO A LOS CONSULTORES.