Después de la triste escena de ver como el consejo de ministros aprobaba, tal cual, la Ley de Economía sostenible con la «ley antidescargas» instalada en ella, aún me pregunto. ¿Creerán ellos que han ganado?
Cuando digo «ellos» me refiero a los magnates de la industria de los soportes «musicales, videográficos o telepáticos», ya que los autores ya sabemos de antemano que no van a ganar nada más que las migajas que ya les dejaba la industria. Y refieriendome a esa industria, mi pregunta es: ¿Prohibiendo el acceso a las descargas por internet ganarán más dinero?
La respuesta es: NO, es sencilla, es directa… El mercado no va a dedicar más dinero a la música, ni al cine, ni a los libros. El dinero es el que hay y, a pesar de que se ha gastado más dinero en música el 2009 que en el año anterior (con P2P incluido), no hay expectativas de que se gaste más. ¿Qué han conseguido, entonces?
Han conseguido el equivalente a cerrar las bibliotecas. Esos sitios donde ibas y te dejaban un libro para leer sin pagar nada, ya que no querías o no podías comprartelo… En internet, las canciones y las películas son prestadas igual que en las bibliotecas: lo que no quieres comprar, lo tomas prestado de ahí. Lo que crees que vale dinero, lo compras, o vas al cine, o a un concierto.
Al igual que cerrando las bibliotecas no conseguirían vender más libros, sino cercenar el derecho de acceso a la cultura, cerrando las webs de enlace conseguirán lo mismo, pero aplicado al resto de cultura, disponer de un rebaño de borregos con menos acceso a cultura y más acceso a «medios afines» que aplaudan decisiones sin sentido como estas.
Espero que Alejandro Sanz y Rosarillo mientras descorchan el champagne y se ponen a cantar por bulerías (calculando cuanto ha costado el lobby y cuantos mercedes dejarán de estrenar por ello) se darán cuenta del gran error cometido. De la cantidad de personas que dejarán de escuchar su música o ver sus videos y de lo poco fiel que es la industria con los que ya no les dan dinero (y será dentro de pocos años).
Mientras, al otro lado de las barricadas, los pobres internautas tendremos ahora una inseguridad jurídica manifiesta. Nadie podrá poner una web en España sin ser amiguito de la nueva comisión «sin perdón», ya que si el cierre de tu web no atenta contra los derechos fundamentales (no eres un periódico o similar) el juez dictaminará que no hay problema en cerrarla y será la comisión la que, alegremente, podrá poner el cartel de «cerrado» en la misma.
Así pues, cualquier negocio en internet se convertirá en posible blanco de una comisión arbitraria y sin control ninguno. Si mañana quiero poner una red social de admiradores de Nino Bravo y a alguno de los usuarios se le ocurre poner un enlace al torrent de su obra completa, igual me la cierran. Dando igual los euros invertidos o lo prometedor de la inversión en I+D para mejorar la tecnología del sitio… Vamos, que a nadie se le ocurrirá poner una web en el suelo patrio (a tomar por… los hostings nacionales).
Pero lo que es peor, es que esta ley abre un boquete inmenso en la libertad de expresión, al igual que en China, el derecho de lo que pueden ver los españoles en internet acaba de ser limitado… Y de la peor manera posible. Todavía queda el trámite de la aprobación parlamentaria… A ver si hay suerte y se les encienden las lucecitas del entendimiento y el sentido común.