Como ya os comenté en la entrada anterior, estoy dedicando mucho tiempo a esto de jugar al ingress, explorando sus capacidades de realidad aumentada e intentando descifrar el complicado entramado social que se construye a su alrededor. Uno de estos elementos sociales son los grupos de usuarios de la misma facción en una región determinada. En mi caso me tocó Madrid, que es la comunidad en la que juego.
Les conocí cuando era nivel 6 (el nivel 8 es el máximo) y me ayudaron un par de veces dándome munición, desde que subí a nivel 7 no he vuelto a recibir ninguna ayuda suya, de todas formas lo entretenido es subir por ti mismo, por lo que tampoco lo echo de menos. Al subir al nivel 8 me invitaron a su «club del 8» donde se habla mucho más, se coordinan ataques o sirve como lugar donde desahogarse de las incidencias del juego. Después de 3 meses en ese club ayer decidí abandonarlo. La razón para ello es sencilla, se había convertido en un «salvame deluxe» para jugadores amargados.
Lo que era un juego divertido donde tenías la posibilidad de conocer a otros jugadores de ambas facciones se había convertido en un juego de secretos, insinuaciones y quejas constantes. El nivel de paranoia llegó a tales extremos que aparecían «chetos» (del inglés to cheat, el que hace trampas) por todas partes. Es cierto que el juego permitía hacer trampas «chungas» como teletransportarse y aparecer en sitios en los que no estabas (mediante técnicas como fakegps y otras) y eso afectaba mucho al juego al desilusionar a los que jugaban moviéndose fisicamente y con mucho esfuerzo. Esos chetos siguen existiendo y están haciendo mucho daño al juego. Reportarlos a Naintic parece que no funciona demasiado bien, aunque supongo que tarde o temprano se encontrará la solución técnica y desaparecerán. Pero la paranoia llegó a niveles insospechados cuando acusaron de chetos a cuentas que habitualmente iban juntas a jugar y que, como el club no los conocía personalmente, sospechaban que se trataba de un «multicuenta» y no eran dignos de compartir hagout con ellos.
Sin pruebas y en plan gallinero empezaron a atacar verbalmente a personas que solo habían cometido el error de introducir en el juego a su pareja, hermano o hijo y que, por otra parte, todavía estaban a niveles bajos que no ofrecían tampoco ningún problema para los jugadores avanzados. En fin, que sin pruebas y con el único objetivo de demostrar ante la otra facción que ellos eran más limpios y más honrados (y así evitaban que se les investigase a ellos por otro lado) habían convertido una sana comunidad de jugadores en una caza de brujas sin sentido y a cada momento que pasaba iba resultando menos interesante seguir en esa comunidad… Así que tras el abandono de uno de mis amigos del grupo por acoso, decidí dejarlo yo también. Como escuché una vez: «no dediques tu tiempo a quien no lo merece». Y en estas estamos.
Me estoy pensando muy seriamente si abandonar el juego (esto será inevitable, antes o después) o seguir a mi rollo un tiempo más hasta que me canse. Sea como sea, esto es un juego y su objetivo es pasárselo bien, si quisiera ver trapos sucios o gente insinuando, acosando, gritando y escuchándose solo a ellos mismos, encendería la tele y pondría telecinco. Para todos ellos un último mensaje: «¡cheto lo será tu padre!«.